El paso de Ronald Koeman en el FC Barcelona está llegando a su fin. El club ya tiene confirmado que salvo milagro en forma de cambio radical de aquí a final de temporada (o lo que vaya a durar el neerlandés), el Héroe de Wembley no seguirá al frente del club. El finiquito ya no es un problema, según apuntan medios cercanos a la entidad, y el cese de Koeman llegará más pronto que tarde.

Los pecados de Koeman en el tortuoso arranque de temporada del Barcelona

La decisión estaría a la espera únicamente de que la directiva se ponga de acuerdo en quién tomará las riendas del club una vez se marche Koeman, siendo esta cuestión lo único que le mantiene en el banquillo. Ni su idea del resultadismo (inexistente), ni mucho menos el juego del equipo. A día de hoy, Laporta y los suyos están buscando un nombre que no sea un parche de aquí a final de temporada sino un técnico que trabaje desde ya en un proyecto ganador.

Varios medios y periodistas cercanos al Barça ya han comenzado a filtrar nombres que suenan en el entorno azulgrana para ser el próximo inquilino del banquillo barcelonista.

Xavi, pero sin ser el favorito

El nombre de Xavi lleva siendo asociado al banquillo del Barça desde que él mismo era jugador azulgrana, aunque de manera realista desde la salida de Valverde. La capacidad de ver y entender el juego que absorbió de Guardiola supuso un paso adelante en su carrera y ya ha dado el paso a aplicarla desde la banda. 

Antes de Koeman, Xavi también fue tenido en cuenta pero su poca experiencia en los banquillos hizo que se prefiriese esperar para no quemarle. Con ya dos años al frente del Al-Sadd, la urgencia del Barça podría precipitar su llegada, pero no es el favorito para asumir las riendas del equipo.

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Conte y Low, los de más renombre

Los exseleccionadores de Italia y Alemania, respectivamente, también han sonado para aterrizar en Barcelona y con una ligera preferencia sobre los demás. Joachim Low, tras dejar la selección alemana después de 15 años, podría aventurarse en el banquillo de un club de élite por primera vez, aunque esta falta de experiencia (Stuttgart y Fenerbahce son los equipos de mayor renombre que ha dirigido) es lo que más hace dudar a la directiva.

Por su parte, Antonio Conte viene de tumbar la hegemonía de la Juventus en la Serie A haciendo al Inter de Milán campeón casi una década después y es el técnico con mejor cartel. Sin embargo, su reciente éxito con su característico sistema de 3-5-2 (que también usó en el Chelsea) y su juego más directo hacen dudar de que aplique el juego que quiere la directiva.

Pirlo y Cocu, las sorpresas

Dos perfiles de poco renombre en los banquillos, pero con una idea de fútbol muy cercana a la que busca la directiva. Cocu es un viejo conocido del club (jugó de 1998 a 2004) y pese a que sus últimas aventuras en Derby County y Fenerbahce no cuajaron, en el PSV tuvo dos etapas exitosas en las que ganó tres Eredivisie y una Copa. No obstante, se duda de su capacidad para llevar al éxito a un equipo como el Barça.

Algo similar ocurre con Pirlo, quien como jugador personificaba a la perfección el juego que busca el Barça, pero en su única experiencia en los banquillos ha dejado que desear. No obstante, partiría como favorito para Laporta. En su debut el año pasado con la Juventus no logró seguir con la racha de títulos ligueros que encadenaba un equipo que prácticamente ganaba por inercia. La Vecchia Signora terminó 4ª (a un punto de la segunda plaza), pero este año (ya sin él) se encuentran en puestos de descenso.

Robert Martínez, con Bélgica de por medio

El actual seleccionador de los 'Diablos Rojos' es otro de los habituales en este tipo de conversaciones. La trayectoria de Martínez en la Premier League con un juego alegre y vertical llamó la atención de varios clubes (incluido el Barça) pero fueron los belgas los que se hicieron con sus servicios y desde entonces se ha volcado con ellos. Tras dos Eurocopas y un Mundial en el que Bélgica ha sonado como candidato para hacer algo importante y 'solo' han conseguido el bronce en Rusia, podría buscar nuevos retos. Y a día de hoy parece difícil encontrar un reto más exigente que dirigir a los azulgranas en esta situación.